Como hombre, te das cuenta de cuán difícil es hacer que las mujeres hablen abierta y francamente acerca del sexo.
Háblale de cualquier otra cosa, como su día en el trabajo
o los chismes más recientes acerca de sus amigas, y puede charlar
durante horas.
Pero saca detalles acerca de lo que le gusta en la cama y se cerrará como una almeja y de pronto se volverá tímida.
Este es un problema real, porque si no la satisfaces, encontrará a un hombre que SÍ LO HAGA.
Afortunadamente, estoy aquí para ayudarte, con unos pocos
consejos generales que te darán el poder que necesitas para ocuparte de
sus necesidades...
1. Ve despacio.
Los hombres somos muy diferentes de las mujeres. Podemos excitarnos extremadamente rápido.
Y luego queremos avanzar lo más inmediatamente posible hacia nuestro objetivo; sabes a lo que me refiero.
Las mujeres, por otro lado, son mucho más complejas, con
un impulso sexual que es tanto delicado como intrincado, que requiere
que seas mucho más indirecto.
Desde su punto de vista, hacer el amor debería ser una conexión de otro mundo que se despliega entre los dos.
Así que cuando aceleras el proceso y luego inmediatamente
te das vuelta y te quedas dormido, ella se frustra. Eso nos lleva al
próximo tema...
2. Permanece despierto.
Si bien nosotros los hombres experimentamos una rápida
caída de nuestra excitación después de que acabamos, una mujer se enfría
más lentamente.
Como lo pone John Alexander en su soberbio curso "El mejor amante que ella haya tenido", las mujeres son como las planchas.
Se calientan lentamente, pero también retendrán el calor por un rato...
Así que sigue acurrucado y besando a tu mujer después de
las relaciones. Hasta haz una "segunda ronda" después de un ratito si
sientes ganas.
(También te enseña como impulsar tu propio deseo sexual para que QUIERAS segundas rondas.)
Cueste lo que cueste, sin embargo, permanece despierto hasta que ella se quede dormida en tus brazos.
3. Aprende a conocer su cuerpo entero.
Cada mujer es diferente. Los hombres somos mucho más
sencillos: la mayor parte de nuestro placer proviene de una cierta parte
del cuerpo.
Pero las mujeres son mucho más complejas que eso, así que
no hay una regla real del tipo una sirve para todas cuando se trata del
cuerpo de las mujeres EXCEPTO que deberías descubrir cada cosa acerca
del cuerpo de tu mujer en particular.
Será altamente sensible a que la toques en ciertas áreas, mientras que en otras áreas no tanto.
Querrá que algunas partes las toques suavemente; pero
cuando toques suavemente otras partes, sentirá que le estás haciendo
cosquillas.
También, hay partes de su cuerpo que querrá que aprendas a tocar durante distintas fases de su excitación.
Es importante prestar atención y aprender.
Esto será diferente de otras mujeres con las que hayas estado.
Por ejemplo, tu vieja ex puede haber sido indiferente a
que le tocases las orejas, mientras que tu mujer actual se estremecerá
de placer si soplas suavemente en su oído y le acaricias el lóbulo.
4. Habla.
Dile lo que te gusta. Gime de placer cuando los dos hagan el amor, para que ella sepa cuánto lo disfrutas.
Y trata de ser abierto en tu comunicación con ella.
Cuando una mujer alcanza el punto donde se siente
completamente cómoda contigo y confía en ti totalmente, hasta empezará a
decirte lo que le gusta en la cama.
(Tendrás que preguntarle, sin embargo. Las mujeres normalmente no ofrecerán de manera voluntaria información como esa.)
OK, amigo. Te di cuatro áreas en las cuales trabajar que aumentarán el placer de tu mujer (y el tuyo) inmensamente.
Y no te confundas : la llevarás al nirvana sexual, y ¡ella hará lo mismo por ti!
Por supuesto, si deseas recortar al máximo los años de la
curva de aprendizaje y convertirte rápido en un experto, te recomiendo
enfáticamente que revises el sistema de John Alexander "Cómo ser el
mejor amante que ella haya tenido".
En él, te da los detalles exactos, paso a paso, de cómo darle a tu mujer un orgasmo que haga temblar la cama, atrás de otro.
También obtendrás un mapa completo de las zonas calientes
clave del cuerpo de una mujer: aprende las técnicas con las puntas de
los dedos que le producirán un hormigueo de satisfacción. (¡Disfrutarás
los descubrimientos que hagas!)
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